domingo, 16 de junio de 2013

Cuentos del azúcar : El refresco en México

Últimamente han sido muchas las noticias sobre la obesidad infantil, la obesidad en general, la sana alimentación, etc. Del mismo modo en los últimos, al menos 4 o 5 años que yo recuerde, ligado a las temáticas de salud se ha hablado de los países que más consumen refresco por habitante, con el primer lugar en Estados Unidos y el segundo en México; de ahí se ha derivado una serie de ataques a las bebidas y demás productos azucarados por parte de las instituciones de salud y grupos pro-salud, con la intención de que cambiemos los hábitos alimenticios para tener una vida menos problemática.

Si bien es un gran problema, en México se ha hecho una "cultura" alarmante el tomar refresco y que nadie ve como algo raro o algo que no se deba, o no se pueda hacer. Según mi experiencia, no hay fiesta donde no encuentres refresco, definitivamente siempre que voy a una fiesta de casa, de jardín, de salón, pequeña, grande, mediana, para adultos o infantil, siempre, siempre, habrá refresco. En algunas ocasiones hay quienes se esmeran en hacer agua de sabor, sin embargo, me ha tocado que la endulzan al grado de que es intomable y sale lo mismo que tomar refresco.

Y cuando sales a comer, no sé si se trata de un estándar maléficamente impuesto por las compañías refresqueras y restauranteras, o definitivamente se trata del aprovechamiento de los malos hábitos alimenticios de las personas. Siempre que vas a comer a algún lugar, así sean los tacos, la fondita de la esquina, restaurante, etc. habrá refresco, y son pocos los lugares que te ofrecen un agua decente para poder pasarte la comida.

Entiendo que hay lugares donde es típico tomarse un chesco, como le decimos en México; por ejemplo la taquería ¿pero en todos lados debe ser así? es decir, los únicos lugares que típicamente te ofrecen agua de sabor son las fondas (o uno que otro restaurante), y eso porque te la ofrecen en la comida corrida y así sale más barato, no obstante, puede suceder que te den almíbar en lugar de agua y sale lo mismo. O también los negocios de jugos y licuados, pero también tienen el problema de querer sobre-endulzar todo.

En el caso de restaurantes más caros, algunos te ofrecen el mentado "refill" (que debería decirse relleno o alguna otra palabra en español) que por unos $35 MXN tomas todo el refresco de máquina que te quepa, y además le puedes cambiar de sabor si las políticas lo permiten. En pocas palabras, estás tomando cantidades enormes de azúcar disuelta nada más por lo barato, sin tomar en cuenta el sufrimiento de tus pobres riñones.

En el cine no se diga, junto con las palomitas excesivamente saladas, solo le hace pareja un refrescote bien dulzón y de tamaño gigante, bueno, eso si tienes lana porque ambas cosas te salen como en $80 MXN mínimo en cualquier cadena de cine, ja ja ja además le meten caramelos al paquete más barato, que ironía.

¿Y que hay de los hábitos familiares? Al parecer en mi casa somos unos friquis porque definitivamente nuestros hábitos no se limitan a nuestra vivienda. En mi casa sí llegamos a consumir refresco, pero solamente sucede cuando llegan mis familiares o si hay alguna convivencia grande, de lo contrario siempre tomamos agua simple o agua de sabor, y al agua de sabor solo le ponemos azúcar si es necesario, como al agua de jamaica por ejemplo. De hecho si en mi casa queda refresco, lo regalamos, pues se echa a perder porque nadie se lo toma, y si alguien lo abre, nos servimos un vaso y se queda como 2 o 3 semanas arrumbado antes de desecharlo porque ya se le fue el gas (así se lo conserve en el refrigerador).

Y lo que menciono sobre los hábitos que trascienden la casa, es porque siempre que vamos a un restaurante pedimos agua, y siempre le hemos dicho al mesero(a) que nos atienda: "por favor solo con la mitad de azúcar que usan normalmente". En muchas ocasiones les ha importado un cacahuate, y nos la dan igual; otras ocasiones, lo hacen, pero se ofenden como si los hubiéramos insultado sin razón; y en otras ocasiones se escudan diciendo que ya viene preparada con jarabe y no se puede cambiar (ya ofendidos también).

Como verán, este hábito de consumir poca azúcar es muy poco generalizado, puede que otras familias lo tengan, pero no en todos los casos. La mayoría de las familias tiene el hábito marcado de consumir mucha azúcar en sus bebidas, me he encontrado con muchas familias (incluídas las de mis familiares y amigos) que diario toman refresco a la hora de la comida, limitando drásticamente el consumo de agua, pues para muchos el consumo de líquidos se da a esta hora del día. O cuando tienen una pequeña reunión, siempre habrá refresco, lo cual para mi, es hostigante porque en ocasiones se ofenden o me ven feo si les pido agua, o de plano me preguntan si estoy a dieta... *poker face.

Entiendo que las actividades productivas sean una parte importante de la economía de un país, y que en México existen pequeñas refresqueras que maquilen a grandes como Coca Cola o Pepsi, pero que también generan marcas genéricas y son una buena fuente de ingresos nacionales. Pero creo que es demasiado, si tenemos tantos problemas de obesidad y de diabetes (o hasta las caries), no son gratis, hay que cambiar nuestros hábitos.

Jamás he dicho, ni mucho menos intento decir que esté mal tomar refresco; pero tampoco defiendo la postura de consumirlo diario. Muchos no me creen que el azúcar causa adicción, y una población adicta al azúcar es la mexicana, especialmente con el endiosamiento a la Coca Cola, que incluso los bebés consumen. Así que, ¿estaría un poco mal cambiar los hábitos de nuestra sociedad?

Como sea, al igual que otras cosas, mi intención no es boicotear a nadie, únicamente hacer ver cómo consumimos refresco en mi país, y hacer reflexionar a quien lea esto de que se trata de una cuestión alarmante pues en el futuro eso va a salir bien caro, más caro que curarse la diarrea o la indigestión con una coquita, ja ja ja.




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