domingo, 29 de septiembre de 2013

La religión católica y mi sentido de pertenencia

Recuerdo que hace algún tiempo durante una entrevista de trabajo me preguntaron cuál era mi religión, a lo cual yo respondí firmemente y sin pena, que no tenía. Ya que en esa entrevista me iban a hacer la prueba del polígrafo obviamente la entrevista hacía preguntas para cacharme si mentía; acto seguido la entrevistadora me preguntó ¿desde cuándo? (que por cierto lo hizo de forma muy arrogante). Claramente la pregunta para mi fue extraña, y al mismo tiempo tonta porque supuse que la entrevistadora quería que le dijera que de un momento a otro decidí no tenerla, por alguna cosa que vi, o que leí o que me hiciera cambiar de parecer, tal como le pasa a algunos ateos actualmente. La cuestión es que en ese momento me hizo reflexionar y me di cuenta que en realidad, nunca he tenido una.

Y así comienza mi historia. Yo nací en una familia con tradición católica, como la mayoría de las familias en México. Mis papás se casaron en la iglesia y posteriormente a mí y a mis hermanos nos bautizaron por default. Claramente mis papás lo hicieron más para darle gusto a sus padres, para cumplir con la tradición de castidad (ja ja ja) pero también porque seguramente pensaban que era lo correcto, y como se vuelve una especie de costumbre simplemente lo hicieron, no tanto porque estuvieran completamente convencidos de ello.

Cuando yo era pequeña, mi abuela materna era más afecta a hablar de su dios y de persignarse; cuando nos cuidaba nos metía a dormir y nos bendecía (creo yo que era para eso) persignándonos. Ahora es mucho más relajada en ese aspecto, pero eso en otra entrada se los contaré. El chiste aquí es que mis papás jamás me inculcaron el gusto o la obligación de ir a la iglesia, puesto que ellos a su vez, tampoco estaban completamente convencidos de estar asistiendo a misa y esas cosas. Creo yo que lo más padre de mis progenitores (y de eso apenas hice conciencia hace algunos años) fue que jamás me obligaron a creer en nada, si quería ir a la iglesia me llevaban, si no quería, no. 

Cuando era pequeña, en los años de primaria, comencé a escuchar que mis amigas iban a hacer su primera comunión y que ya habían sido confirmadas, etc., etc. Me sorprendía que hablaban de cosas sobre Jesús y sobre el espíritu santo y dios, y... bueno, cosas que yo no sabía y que nunca había escuchado. Lo chistoso es que yo pensaba que todo eso era algo que se "tenía" que hacer porque ellas lo hacían, se me figuraba una especie de requisito por lo que todos teníamos que pasar, así como todos teníamos que pasar por el tercero o cuarto grado de primaria, así con esas cosas.

De ahí nació mi interés por ir al catecismo y debo decir que la primera experiencia que tuve fue muy bonita porque mis hermanos y yo entramos a un grupo donde había puros niños de nuestra edad, los famosos "nidos de oración". Ahí recuerdo que aprendimos el padre nuestro, aprendimos la forma larga de persignarse y cosas "básicas" de la religión católica, pero a mi me gustaba ir porque jugábamos, convivíamos con otros niños y también la catequista era muy buena onda. Incluso una vez salimos de viaje a un club campestre cercano y nos llevaron a nadar y a jugar, la verdad eso fue una experiencia bastante agradable.

Yo supongo que mi mamá nos llevaba para deshacerse un rato de nosotros y descansar ja ja ja, pero eso solo duró cerca de un año, y después ya no supe (o ya no me acuerdo) por qué dejamos de ir. La cuestión desde ahí fue que yo le dije a mi mamá que quería hacer mi primera comunión, pero para ello me dijo que tenía que ir al catecismo porque había que aprender otras cosas. 

Fue tanta mi insistencia que también mis hermanos salieron perdiendo ja ja ja, pues a los tres nos llevaron al catecismo de los domingos en la iglesia cercana. La que nos llevó obviamente fue mi abuelita, porque para ella sí era importante en ese entonces, que nosotros nos acercáramos a la iglesia. Desafortunadamente, la experiencia fue terrible, nada que ver con lo que habíamos vivido con nuestra catequista anterior; esta vez, se trataba de una viejita gruñona que nos preguntó qué era lo que sabíamos y como no sabíamos nada nos mandó al grupo de los "atrasados".

¿Qué? ¿Atrasados? ¿Pero por qué? Fueron los cuestionamientos que le hice a mi abuelita. ¿Por qué razón hacía eso, que no teníamos que ir más bien en el grupo de los novatos? Bueno, desde ahí no me gustó (ja ja ja desde la primaria me perdieron). Y no duramos mas que esa clase. Aparte la viejilla esa nos timó horriblemente porque nos vendió, como en $10 creo, un librito de catecismo que al revisarlo nos dimos cuenta que estaba todo rayado, ya tenía las respuestas y algunas para colmo estaban mal.

Yo ya no quise volver a ir al catecismo al domingo siguiente, y en mi apoyo, mis hermanos tampoco. Todavía uno o dos años después mi hermana le dijo a mi abuelita que lo intentaría de nuevo, pero solo duró dos clases después de las cuales jamás regresó.

En fin, desde ese momento me convencí que las cosas no eran tan bonitas como las pintan. Cuando platiqué de eso con mi mamá, ella me dijo que no era necesario hacerlo, nadie me obligaba, solo si me nacía y si yo quería lo hiciera. Por su parte, mi papá, me dijo que él nunca había hecho su primera comunión y que nunca había tenido necesidad, lo cual fue esclarecedor considerando que mi abuela paterna si es muy devota y cumple con todas sus "obligaciones" con su iglesia al igual que el resto de sus hijos.

Todo eso me hizo darme cuenta que no era una obligación, por ello, cuando entré a la secundaria entré en mi etapa rebelde contra la religión católica. Ya que para mí era una completa y total pérdida de tiempo, nunca iba a la iglesia, siempre me ponía a pensar que era lo peor que le había pasado a la humanidad, que no tenía razón de ser y que además era incoherente, misógina, estúpida, lava-cocos, mentirosa... Para algunas de estas cosas hay una amplia argumentación que las apoya, sin embargo, no estaba siendo tolerante con las personas que sí tenían el gusto de ir a la iglesia y yo las discriminaba, o si eran cercanas a mi, las hacía sentir mal por creer en algo que para mí no valía la pena.

Si llegaba a ir a alguna misa era por obligación, porque en algunas ocasiones a mis papás les tocó ser padrinos de bautizo o alguna otra cosa, y me la tenía que chutar desde el principio hasta el final porque hasta eso, se me hacía grosero salirme a media misa y pensaba que me iban a regañar. En todo caso, esa etapa fue bajando de tono poco a poco, y se cortó de tajo el día que mi abuelo materno falleció.

Ese ha sido uno de los días más tristes de mi vida, de verdad fue un parteaguas porque de cierta forma siempre fui un tanto insensible con los demás (recuerdo que una amiga me llegó a decir "la fría" por lo mismo), desde entonces comprendí un poco más los sentimientos de las otras personas y a considerarlos desde su punto de vista y no exclusivamente desde el mío.

Los años siguientes al fallecimiento de mi abuelito, mi abuelita le hacía una misa de aniversario luctuoso para recordarlo, misa a la que siempre íbamos no tanto por gusto a la iglesia, sino por acompañar a mi abuelita, quien se sentía con la necesidad de hacer eso por su esposo fallecido. En esa etapa cambió mi forma de pensar, y ya no traté de convencer a nadie de que la iglesia no servía para nada, sino que, empecé a respetar lo que creían otros.

Otra cosa que me ayudó a ver más a fondo eso, fue que en la preparatoria tuve una amiga, mi mejor amiga en ese entonces, que era super-mega-ultra mocha ja ja ja (Al menos en México, así le nombramos: mochos, a las personas que se la pasan en la iglesia todo el tiempo y hacen todo lo que les dicen). Cuando hablábamos sobre religión se enojaba porque ella tenía la convicción de que era necesario ir a misa, cumplir con requisitos y demás para poder decir que se es católico. Yo siempre le respondía que no, que no era necesario, para mi la convicción no era esa y que yo podía creer en dios sin necesidad de ritos que no me convencían. Lo curioso de mi vida hasta ese momento, era que yo pensaba que tenía que estar encasillada en esa religión, como cuando uno llena un formulario con datos personales: sexo-femenino, edad-20 años, religión-católica... supongo que eso me pasaba por el sentido de pertenencia, una sociedad puede ser muy pesada sobre la psique de una persona que no está convencida con lo que sería considerado lo "normal".

Digo, tampoco era algo que pensara diariamente o que me atormentara y no me dejara dormir, pero simplemente era una idea que tenía en la cabeza, aunque años después, me convencí completamente de que eso no era necesario. Y precisamente mi divorcio de esa idea tonta surgió precisamente por un novio que tuve.

Curiosamente, ja ja ja, ese novio era primo de mi amiga de la prepa, aunque lo conocí cuando yo ya iba a la universidad. Nos hicimos novios y todo bien al principio (como siempre) pero después lo conocí más y caí en la cuenta de que hay extremos que no pueden salvarse a menos que se pongan unos lentes de tolerancia en el medio. Yo continuaba con las mismas ideas: estoy encasillada en la religión católica pero no me gusta hacer nada de lo que me dicen que haga porque creo en dios y es lo único que necesito... pues resulta que ese novio no concordaba en nada con lo que yo decía, porque a decir verdad era todavía más mocho que mi amiga.

Era tanta la controversia, que yo decidí que era mejor aceptarlo como era (digo finalmente nunca lo obligué, ni siquiera intenté convencerlo de que dejara su religión, a mi me daba igual) e incluso lo llegué a acompañar a su misa dominical cuando nos veíamos desde temprano y después salíamos a algún lado. Creo yo que él tomó eso como que me estaba convenciendo a entrar a su religión, cuando lo único que yo hacía era, como ya mencioné, aceptar que tenía sus propias creencias aunque fueran distintas a las mías.

Desafortunadamente, él no respetaba mis creencias y continuamente me lo recordaba o me lo reprochaba. Recuerdo que alguna vez íbamos caminando por el centro del lugar donde él vivía durante...creo que era semana santa, en fin, vi a un señor que vendía unos cristos crucificados hechos de palma y me dio curiosidad preguntarle por qué siempre los vendían en esa época o qué finalidad tenían. Su respuesta fue: ¿Eres católica y no lo sabes? ¿Pues qué te pasa, como es posible? ¡esto es inconcebible! No puedo decir que se enojó, se encabronó (por falta de una mejor palabra) y eso hizo que ese día nos peleáramos.

Por supuesto esa situación de intolerancia, sumada a otras cosas, como un daño psicológico tremendo que él traía desde niño y que nunca quiso reconocer, provocaron que lo mandara al demonio y no quisiera saber más de él. Con eso me di cuenta que yo no tenía por qué estar diciendo que era católica ¿por qué? ¿para qué? si simplemente no concordaba con esa religión y nunca hacía lo que me decía. Hasta eso, en este aspecto sí le estoy agradecida a ese ex-novio porque indirectamente me hizo darme cuenta que no necesito encasillarme en esas cosas. Hay otras formas de vincularte a tu grupo social sin necesidad de la religión, y al mismo tiempo, pidiendo respeto por ello.

Así es como llega el día de hoy, en que escribo esta entrada, y el por qué de mi respuesta en aquella entrevista de trabajo. Puede que para mi haya pasado un largo tiempo antes de darme cuenta que sí creo en dios, pero a mi manera, sin presiones y sin necesidad de quedar bien con una "institución" religiosa o un grupo social que pertenece a dicha iglesia. Yo no veo a dios de la misma forma en que la iglesia católica lo hace, es decir, para mi no es lo mismo Jesús que dios, nunca lo fue, ni siquiera cuando era pequeña. Para mi es otra cosa, como una energía que pone en marcha el mecanismo del Universo y que a lo mejor no existe, o que es el conjunto de todas las cosas que conocemos y también las que aún no.

Toda esta experiencia me ha llevado a reflexionar y a ver que si alguien tiene la fe o el gusto por una religión determinada, está bien, siempre y cuando no quieran convencerme de algo que yo ya sé que ni me gusta y que definitivamente no va con mis convicciones. Hay muchas cosas de las religiones que no me parecen y con las que no estoy de acuerdo; esos son los cuestionamientos que pongo en la mesa siempre que alguien me quiere hostigar u obligar a creer en lo mismo que él o ella, pero eso es tema para otra entrada.

Si algún amigo me invita a su boda, al bautizo de su hijo, o por algún motivo especial para asistir a una misa, yo voy, y en serio voy, no por hipocresía, sino porque de corazón me nace acompañar a esa persona en su quehacer religioso. Aunque yo no llevo a cabo rezos ni me persigno, creo que lo fundamental aquí es el respeto. No por el hecho de no hacer lo mismo que los demás en medio de una misa, voy a burlarme de ellos o a jactarme de que no lo haré. He visto a personas que me han criticado "discretamente" según ellos je je je, porque no me hinco o porque no rezo o no me persigno, como si eso fuera una ofensa; pues no es así, simplemente no lo hago porque no es mi religión y solo asisto porque me nace estar presente en un momento especial para la persona que me invitó y que está compartiendo dicho momento con otros.

Y bueno, ¿ustedes tienen otra experiencia distinta con esa u otras religiones? En mi caso, he conocido musulmanes y judíos pero nunca he estado presente en sus ritos religiosos (o no se cual sea el nombre correcto, porque luego se ofenden) pues no he tenido un amigo o familiar cercano que pertenezca a esas religiones o que me haya invitado a asistir a uno. Cabe destacar, que esta entrada no fue escrita con la intención de convencer a nadie hacia ninguna posición, simplemente fue con el motivo de contar mi experiencia con la religión y cómo el sentido de pertenencia me afectó al grado de pensar que era parte de una religión, cuando en realidad, no lo era.

Cada quien puede creer en lo que quiera y puede tener o no la fe hacia algo. Yo tengo mi opinión sobre cosas que deben y no deben convencer a una persona, sin embargo, no las plasmo aquí porque no es el momento ni el lugar para hacerlo. Lo único que sí puedo decirles es que para mí el fanatismo sí tiene una connotación negativa, tanto en los dogmas de fe como en el ateísmo, así como en cualquier otra cosa en la vida.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Consolas de videojuegos y sus precios para este año (2013)

Por lo general no escribo sobre videojuegos porque la red ya está llena de esta información, y aunque sí me gusta jugar videojuegos, no soy una superfan enviciada que se la pase horas ahí. En casa tenemos un Xbox, un Xbox360, un Nintendo 64, un GameCube, un NintendoWii, hace algunos años tuve el NintendoDS y el DS Lite, pero ahorita solo se están empolvando porque nadie juega ni los fines de semana con ellos, ese furor solo duró muy poco tiempo.

Y bien, ¿por qué escribo entonces sobre ellos? pues recién cerré mi correo hace un momento y me apareció inmediatamente la publicidad de la preventa del nuevo Xbox One, la nueva consola de Microsoft y me dio curiosidad así que entré a ver cómo estaban las cosas.

Como sabemos, actualmente solo tenemos cuatro opciones si queremos jugar videojuegos, las tres primeras corresponden a las multinacionales Sony, Nintendo y Microsoft, cuyas consolas acaparan los mercados en todo el mundo. Ya sean sus nuevas consolas o las viejitas, actualmente son las más conocidas y las que prácticamente gobiernan las mentes de todos los videojugadores. La cuarta opción, son... "las demás", es decir todas aquellas consolas cuya compañía fue absorbida o su consola no prosperó (sega, intellevision, etc.) y también, las miniconsolas chinas o de compañías independientes que ofrecen juegos viejos de las grandes compañías (casi puro arcade) para jugar en el modo "plug and play", es decir, la enchufamos a la tele y la corriente eléctrica y ya podremos jugar.

Bueno, el costo conocido de esas miniconsolas siempre comienza desde los $200 (hablando por supuesto, solo de consolas que se conectan a la televisión, no de portátiles) hasta por ahí de los $800 y las podemos encontrar en cualquier tienda de autoservicio o hasta en un tianguis, nuevas. Pero creo que lo que le interesa más al público es conocer el dineral que tienen que gastar en cualquiera de las tres compañías que pertenecen al oligopolio sony-microsoft-nintendo.

La primera que se pudo estrenar para este año (me parece que salió a la venta en diciembre pasado, la verdad no me acuerdo) fue el Wii U. Recuerdo que pasé por una tienda Liverpool y estaba en más de $6000 (pesos mexicanos), realmente no se me hizo que debiera costar tanto, pero si me lo hubieran regalado ¿a quien le dan pan que llore verdad? Al día de hoy, en Wal Mart la Wii U Basic cuesta $4490 y la Wii U Negro Deluxe $5590. No sé si la negra tenga otros accesorios o traiga un juego de regalo o mayor capacidad de almacenamiento, si alguien me lo aclara lo agradeceré. En fin, en Liverpool está más cara todavía, la Wii U Negro Deluxe está en $7299 y la Wii U Zombie U Set y video juego en $7499 (esta se ve interesante, aunque cara). En El Palacio de Hierro y Sears podemos encontrar los mismos precios que en Liverpool, a excepción de la Wii U Basic, que en Sears cuesta $5699.

Como vemos la diferencia de precios es abismal entre una tienda y otra, sin embargo, varias tienen promociones según la fecha y también dependiendo si eres su cliente, es decir, si manejas alguna de sus tarjetas departamentales o de crédito puede salirte aún más barato y/o a meses sin intereses.

Para no escribir tanto porque eso a veces nos revuelve, les dejo la siguiente tablita para que comparen los precios. Todos los saqué de las páginas de internet de cada tienda así que físicamente en la tienda a la que vayan  esto puede cambiar, algunos tienen promoción al día de hoy (22 de septiembre de 2013), todos son precios de contado (es decir, a crédito pueden aumentar) y en algunos productos no logré encontrar el precio, así que de manera rudimentaria ustedes comparen:


Cuando compramos el Xbox360 costó al rededor de $5000 y no tenía mucho tiempo de haber salido, y la inflación no creo que justifique el precio que han alcanzado varias de estas consolas, finalmente ofrecen casi lo mismo que sus antecesoras (¿qué más? ¿mejores gráficos? ¿mejor procesamiento?... al final sirven para lo mismo). En todo caso, si eres entusiasta de la "videojugada" pues sabrás lo que tendrás que sacrificar, o cuánto esperar o a quién pedirle tu consola. 

Como siempre, yo recomiendo no comprar ninguna consola de videojuegos en preventa o en su defecto, recién que sale, porque siempre tienen fallas o cosas molestas tanto en software como hardware que siempre se pasan por alto en los controles de calidad de las empresas. Si no me creen, recuerden los aros de la muerte en el Xbox360 y el Play Station 3. Además esto resulta muy caro y no hay muchos títulos de viedojuegos de donde escoger. 

En cuanto a los créditos, tampoco les recomiendo que compren una consola recién salida a crédito, para el momento en que lo terminen de pagar habrá bajado al menos $1000 en su precio y se sentirán timados si sale la misma consola mucho más barata y con más accesorios que cuando ustedes la compraron. Si necesitas consejos para comprar a crédito entra aquí y verás algunas realidades sobre los tipos de crédito (especialmente aquellos que te aumentan el precio de lo que compras al puro estilo de Elektra o de Telmex).

Al final recuerda que tú como consumidor tienes la palabra final, no tengas miedo de comparar precios y de ver en donde te conviene más comprar, siempre tienes que elegir la forma más buena bonita y barata de comprar.



jueves, 5 de septiembre de 2013

Las clases de japonés se detienen de nuevo...

Y bien, publico esta entrada para avisar que nuevamente tendré retrasos un poco largos en las clases de japonés. Mi intención era publicarlas cada semana, sin embargo, he tenido una serie de fallas técnicas y humanas también ja ja ja. 

Como les había comentado en otra entrada, mi cámara murió ahogada en un estanque de truchas en Diciembre pasado, es decir, una pesadilla para los videos, sin embargo, en Enero cambié de celular y con ese teléfono tuve suficiente calidad para realizarlos sin problemas. No obstante mis manos de mantequilla fueron las culpables de tirarlo (ahora puedo decirles que el comercial de resistencia del "gorilla glass" que ofrecen muchos teléfonos es en realidad pura mentira, o yo tuve muy mala suerte :S) y no solo quedó quebrado sino también dejó de encender la pantalla, así que como verán me quedé sin poder grabar.




Pero aparte de ello dirán, que me tarde en subir el video anterior y que finalmente tiene como 2 semanas que no he subido nada. Pues eso se debe a que mi lap ha tenido fallas técnicas y la tengo que formatear, así que no puedo editar los videos para las clases y ando sufriendo para poder respaldar mi información, ufff, de verdad que éste último mes ha sido terrible para mi.

Por cierto, me dirán que todavía me queda mi cámara web para los videos, ja ja ja, eso hay que olvidarlo, la calidad de los videos es terrible y lo peor es que el micrófono no funciona bien. ¿Qué cosas no? Creo que ya tengo tecnología dinosauria que no me permite continuar en esta modernidad.

En fin, las entradas en el blog continuarán, así que los invito a que me sigan en Facebook y en Twitter (hagan clic en las palabras para que los vinculen a mis páginas) donde no siempre, pero seguido publico el kana del día y otras cosillas interesantes. No olviden suscribirse a este blog, y si han visto mis clases o leído mis otras entradas, los invito a que comenten, a que me dejen sus sugerencias sobre el blog, el videoblog, o saber qué les gustaría ver en mis canales. ¡¡Hasta pronto!!

P.D. También pueden visitarme en Youtube si no lo han hecho. :)